viernes, 19 de octubre de 2007

Los Pumas y una lección de rugby que no olvidaremos

Los Pumas han brindado una fantástica lección de rugby. A los franceses y al mundo. Ganaron en todos los aspectos de este juego y volvieron a derrotar a los locales, esta vez por paliza, para quedarse, por si fuese poco, con el tercer puesto del Mundial. Tackle descomunal, presión asfixiante, manejo de la pelota con el pie y con las manos, cinco tries y guapeza cuando el rival creyó que lo podía ganar a las trompadas.

Fue, como se prevía, una noche memorable esta de aquí en el Parque de los Príncipes. Lo iba a ser aún en la derrota, porque se llegaba al final de un ciclo y porque se trataba del último acto en un Mundial inolvidable. Pero estos Pumas dieron más todavía. No sólo porque se recuperaron más rápido de lo pensado de la derrota del último domingo con los Springboks, sino porque jugaron el mejor partido del torneo. Como dijo Agustín Pichot en la conferencia de prensa: "Es difícil de explicar lo que tiene este equipo". Orgullo, grandeza, solidaridad, amor por lo que siente, fiel a sus orígenes y todo lo que le quieran agregar.

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